jueves, 14 de abril de 2011

Me Olvide de Suicidarme!

un cuento rockero por Eduardo Pece

Pablo sabía mucho sobre música. En realidad a sus 27 años no tenía aprendida la escala pentatónica y tampoco reconocía un do de un re. Pero sabía de rock, sabia de su historia y sabia de la vida de sus protagonistas. Hasta conocía detalles (casi secretos) de las grabaciones de los mejores álbumes. Su colección de discos ya ocupaba toda una pared de su habitación.

Sacando los libros y las revistas, el gran tesoro de Pablo era su gran carpeta verde. Ahí guardaba recortes. Desde muy chico tenía esa carpeta y a ella iban a parar todas las notas, fotos, artículos, etc. que tengan que ver con el rock y sus músicos. Rescates de páginas rockeras de diarios con poco o nada de rock. Eventuales notas de suplementos de espectáculos. Y a veces fotos y textos de revistas sensacionalistas. El rock tiene mucho de farandulero. A asa carpeta le había dado forma el, por eso era su tesoro. 

A Pablo le gustaban más las letras en Ingles. Por eso de Argentina su favorita era Sumo. Aunque Charly era su ídolo sin importar lo que haga o lo que no haga. El último disco que escucho de Charly fue Demasiado Ego, álbum que salió hace solo un par de semanas. Siempre a Pablo le costaba elegir a sus favoritos. Nunca se decidió entre los Beatles y los Stones, aunque conoció primero a los de Liverpool. Nunca se decidió entre Pink Floyd y los Ramones. Eran distintos pero le gustaban los dos, aunque eso si, por diferentes motivos.

A los 18 años se puso firme y dijo que Hendrix era el mejor guitarrista (no le costó mucho en realidad). Pero siempre dudaba entre el mejor baterista, el mejor bajista, la mejor voz. A veces pensaba que tenía la respuesta pero luego de unos meses siempre cambiaba de opinión. Le paso cuando descubrió  a Los Who tenía 19. Aunque una de las crisis de duda más grande fue a los 16 cuando escucho a Zeppelín.

De chico Pablo siempre que podía agarraba la guitarra criolla que tenían en su casa y en la soledad de su cuarto con la música saliendo de los parlantes. Intentaba sacar alguna nota, algún sonido parecido. A pesar de que varios de sus amigos sabían algunas canciones de Nirvana especialmente, nunca quiso que le enseñen. Decía que a los grandes músicos que el admiraba, nadie les enseño. Al final se resignó y nunca aprendió a tocar la guitarra ni ningún otro instrumento. Por eso a sus 27 años no tenía aprendida la escala pentatónica y tampoco reconocía un do de un re. Pero Pablo sabía mucho sobre música. 

Un día antes de su cumpleaños, amigos y conocidos se llegaron a su pequeño departamento. La novia de Pablo junto con algunas amigas se había encargado de avisar y de preparar las cosas. Vivía ahí hace algo más de diez meses. Y aunque no pasaba mucho tiempo en ese lugar, debido al trabajo que le consumía casi todo el día, ya le decía “mi casa” sin dudarlo. Esa noche se armó una buena reunión. Los que no habían estado nunca se asombraban de la colección de discos, libros y revistas. Los que visitaban siempre elegían algún disco y lo ponían en el equipo de música.

Todos sabían que al homenajeado le gustaba hablar mucho así que antes de hacer un brindis y cuando ya se arcaban las doce de la noche todos se reunieron alrededor de Pablo y le dijeron que diga algunas palabras. En ese momento alguien cerca del equipo le bajo el volumen a Morrison que gritaba a los presentes: Break on through to the other side...

Mientras pensaba que decir. Algo detono dentro del joven de ahora 28 años, se dio cuenta que ya era tarde. Que no había grabado ningún disco inolvidable, que no era un héroe de la guitarra, que sus canciones no llegaron a encender generaciones,  que no había consumido la suficiente cantidad ni variedad de drogas, que su voz no sería recordada durante décadas y principalmente que no había muerto a los 27 años por causas misteriosas...

 -  ¡Me olvide de suicidarme!
Fueron las palabras que salieron de su boca mientras levantaba su vaso en alto.

Por unos segundos todos se quedaron callados hasta que Lucas, su mejor amigo y de profesión abogado tributario. Comenzó a reírse a carcajadas. Entonces todos entendieron o decidieron entender que lo dicho por el cumpleañero era uno más de sus típicos chistes malos. Y todos brindaron. Mientras alguien le volvió a subir el volumen al equipo, y puso un disco de Los Auténticos Decadentes. FIN


Dedicado a todos los rockeros / rockeras que cumplen 28 años (y mas también), es duro.
Me Olvide de Suicidarme!, un cuento rockero por Eduardo Pece


Banda de Sonido de este cuento:
Massacre - "La Octava Maravilla". Laberinto privado! Maravilla del mundo!

7 comentarios:

  1. Este cuento lo comencé a escribir el 31 de marzo de 2011, para mi cumpleaños numero 28 ya hace un par de semanas y venia esquivando el terminarlo. Recién hoy 14 de abril le pude encontrar el cierre.

    Es la primera vez que escribo un cuento espero que allá gustado y también espero comentarios para mejorar. Gracias por leer.

    Dejo un par de links respecto al Club 27
    http://james_test.ddict.co.uk/item.php?id=188

    http://es.wikipedia.org/wiki/Club_27

    Buscando imágenes para este cuento me encontré otros blogs que habían tratado el tema estos dos me parecieron de los mejor.

    http://memilandia.blogspot.com/2011/01/el-club-de-los-27.html

    http://exegesistomista.blogspot.com/2011/03/club-27.html

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  2. Me sentí MUY identificado con el texto. Primero, porque reúno (casi) todas las características del protagonista, carpeta verde de recortes incluida.
    Voy a cumplir 28 este domingo 17 y ya me di cuenta de que no tengo tiempo para andar convirtiéndome en leyenda, así que no me queda otra que vivir mucho, como los bluseros.

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  3. Muy buen relato.
    Lo llamaría cuento si no te conociera. jajaja
    Creo que alguna vez te dije lo que pienso acerca de lo indecoroso de escribir cosas queuno realmente siente.

    Gera

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  4. Muy bueno!
    Admiro a quienes se saben la escala pentatónica y reconocen un do de un re, pero tambien admiro a quienes tienen la constancia de tener una carpeta verde y tienen la cabeza tan abierta para dudar y no poder decidirse entre los Beatles y los Stones.
    Genial la situacion del brindis (y los decadentes en el final...buen toque.)

    saludos de quien aun tiene tiempo de suicidarse hasta junio :)

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  5. Excelente Eduardo...muy bueno..Te mando un abrazo..y date una vuelta cuando puedas por la facultad.
    Franco A.

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